Mi ancla

Resumen

Mi esperanza en Dios es mi ancla. Dios no miente y es siempre fiel. Eso nos debe desafiar a naturalmente, sin esfuerzo humano, a dar buen fruto. El águila no se esfuerza por volar en las alturas y piensa «debo volar alto». Esta en su naturaleza hacerlo. De la misma manera, de nuestra naturaleza espiritual, de nuestra relación con Dios, del amor que le tenemos, debemos dar buen fruto.

 

Hebreos 6:18b-19, […] para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros, la cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo.