¿Quién puede cuestionar el valor de la amistad? y sin embargo nos cuesta hacer y mantener a los buenos amigos. Y también nos cuesta ser sencillamente «gente amigable». Vemos en Jesús al más fiel de los amigos y como amigo es cercano, pero con la particularidad de que es Dios y por tanto debemos obedecerle.

Dios es Dios de paz, y vemos a nuestro alrededor discordia y muchas personas que buscan la paz interior.
Nosotros tenemos esa paz, ¡compartamos la paz!

Con gran frecuencia faltamos al respeto a Dios, y a nuestros padres, a nuestras parejas, a los ancianos, a los que piensan diferente, a nuestros jefes. ¿Eres respetuoso con Dios? ¿y con las personas que te rodean?
¿O eres de los que se burlan, desprecian y ridiculizan?

Jesús fue humilde, pero no perdió su dignidad ni dejó de ser quien era. Así nosotros hemos de imitarle y tratar a los demás sin considerarnos superiores, sirviendo y honrando al prójimo, pero sin renunciar a lo que somos, sin decir que \»sí\» a todo, sin renunciar a nuestra dignidad. Todos somos imagen de Dios.

Vamos a hablar de valores humanos, que también siguen personas que no creen en Dios. ¿Y qué dice la Biblia?
Si el mundo entero te siguiera y fuera tan honesto como tú ¿sería el mundo mejor?
¡Mejoremos el mundo a golpe de buen ejemplo!

Dos hombres se acercaron a Jesús, «venid y ved», les contestó.
Y nosotros te decimos «ven, y ve quién es Jesús». Que no te frenen el miedo o las excusas, ven y ve qué dijo, cómo vivió, quién es ese Jesús al que llamamos Señor

Faraón no quería dejar escapar a sus esclavos, del mismo modo en nuestras vidas hay un Faraón que pretende esclavizarnos.
Nos es difícil hablar de este personaje, el Diablo, que desde luego no es un hombrecillo rojo con barbita y tridente.

Uno puede sentir que su relación con Dios se ha cargado de rutina y están anclada… por eso hemos de volver al principio: «arrepentíos», decían Juan y Jesús.
Arrepentirse de lo malo y pedir a Dios que ponga lo bueno.

¿Qué cosas necesito? Sin duda comer es una de ellas, ayunar puede ser un modo de decirle a Dios: «tú eres más valioso que lo más valioso» o puede ser un modo de escuchar a Dios.
Pero ¡cuidado con la hipocresía! ayunar debe ser un acto libre e íntimo, y no es una «huelga de hambre» para obligar a Dios a hacer lo que yo quiero.

Vivir y disfrutar puede ser fácil en los buenos momentos, pero ¿sabes vivir en los momentos malos?
Pablo agradece la generosidad de la ayuda de los filipenses, pero entiende que él depende única y exclusivamente de Cristo.